Al ser esféricas, en muy alto porcentaje, prácticamente no poseen aristas o cantos vivos, de modo tal que la limpieza de la superficie se produce por golpe y no por arranque de material, asegurando la remoción de las capas superficiales adheridas y no del metal base.
De esa forma se mantienen las tolerancias dimensionales más estrictas en las piezas tratadas:
Al ser el vidrio químicamente inerte no reacciona con el material tratado y además, por tener forma esférica y una elevada resistencia a la rotura, no produce incrustaciones en la superficie granallada.
Debido a la uniformidad en las propiedades físicas y químicas, formas y tamaños de las microesferas de vidrio, se logran resultados perfectamente controlables y repetibles y una homogeneidad total en las terminaciones superficiales obtenidas.
En este ítem se suman los siguientes puntos: equipos utilizados de bajo costo inicial relativo, mínimo mantenimiento, mano de obra con escasa especialización y muy bajo consumo de abrasivo.
La mínima abrasión provocada por el granallado con microesferas de vidrio posibilita la automatización de infinidad de procesos a costos relativamente bajos y con mínimos mantenimientos.